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Yo siendo casada y respetable indudablemente no podía caer a esas tentaciones, a veces pensaba que también era mutuo, ya que muchas veces nuestras miradas se cruzaban o lo pillaba siguiéndome con sus grandes y bonitos ojos.

Su esposa, era amiga mía ademas, pero ese tipo de emociones, muchas veces una no las busca, solo nacen en una y vaya si a veces es muy duro sacárselo de encima.

Con eso estuve por mucho tiempo, hasta que jugando por el chat, se lo conté a un amigo mio, Juan Carlos un amigo con ciber - derechos y pues siendo muy imaginativo él me propuso que un día podría cumplir mi fantasía. Yo con mucha duda, le seguí el juego.

A los primeros días me enviaba correos, con el nombre del amigo de mi esposo - y como se lo había contado casi todo - sabia que cosas decirme y hasta por donde atacar - poco a poco se fue acercando y armando el ambiente propicio.

Hasta que un día finalmente se hizo realidad mi fantasía y vaya que fue estupendo, fue tan excitante que volvimos a repetirlo varias veces, siempre por el ciber desde luego - debo confesar que ante anteriormente ya habíamos estado pero con Juan Carlos haciendo el papel del amigo de mi esposo, me llevo a casi a las nubes.

A veces, me costaba diferenciar entre lo real y lo virtual, tanto que una vez nos encontramos en el mercado con el amigo de mi esposo y fueron unos minutos de coqueteos involuntarios hasta que me dije: Roxana, cuidado que esto es real !!!

Tras mucho tiempo, fantaseando virtualmente, pudo notar que las ganas y ese sentimiento que en un momento parecía incontrolable por el amigo de mi esposo finalmente se había ido, y continué mi vida y mis amistades tan tranquilamente como si nada hubiese pasado.